lunes, 30 de noviembre de 2009

Espectacular.

Espectacular. No cabe otro calificativo para definir semejante actuación. Ronaldo reaparecía tras varios años de ausencia por una lesión en el dedo meñique de la mano derecha. Y lo hizo a lo grande: tres brillantes bicicletas y un posterior caño al árbitro del encuentro que asombraron a propios y extraños. Nadie le dijo que el colegiado a priori no formaba parte del equipo contrario, teoría que el propio trencilla se encargó de rebatir minutos más tarde tras pitar dos penaltys inexistentes y expulsar a varios jugadores del Madrid que protestaban por el contínuo lanzamiento de animales vivos al campo. Resultado final: Ciempozuelos 3 - Real Madrid 0.

Nadie daba crédito a lo que veía. En el bar todo el mundo se frotaba los ojos y bebía para olvidar lo sucedido. Minutos después, yo salía despedido por una ventana del local mientras las sillas volaban de un lado para otro. Es lo que tienen los "derbis": sacan lo peor de cada uno. Concretamente, a mí me sacaron del bar.

Recupero el conocimiento en el coche de unos amigos. Les pregunto si me van a llevar al hospital y me responden que a donde vamos no necesitamos hospitales, ni medicinas. Que el Líder es infinitamente bondadoso y sabio y sabrá cómo disponer de mí. Me tranquilizaría más que me llevaran a cualquier sala de urgencias y protestaría, pero me duele demasiado la cabeza para ello y además a los colegas se les ve muy convencidos. Me rindo y vuelvo a dormirme. Tengo un sueño erótico y, acto seguido, una erección. Despierto besando el reposabrazos trasero.

Tras aclararme la boca y desalojar de la misma los pelos de la tapicería nos adentramos en el chalé. Nada más entrar nos despojan de nuestras ropas y nos obsequian con una bata blanca. Hay varias fotos de un tipo que no sé quién es en todas partes pero huele a limpio. Espero que aquí puedan atenderme y curarme. Mi decepción se hace patente en el momento en que alguien enciende un proyector y pone una película aburridísima de ese tal Líder. Vuelvo a quedarme frito. Despierto entre un mar de loas y alabanzas al Señor del Séptimo Cielo, artífice de la Salvación Perpetua. Aparece un señor con gafas de sol. Inmediatamente le reconozco: es el de las fotos. Nos invita a un cóctel y a un último rezo en pro de la Salvación. La oración es un coñazo y el cóctel huele a alcantarilla. Aún así la gente está entusiasmada y bebe sin moderación. "Como se entere la Benemérita se pone las botas con estos", me da por pensar. Doy de beber a una planta que había por allí y me largo tras sortear a varios exaltados.

Robo... perdón, tomo prestado el coche de mi colega y vuelvo a la ciudad. Aparco en una parada de autobuses (total, el coche no es mío...) y mando un SMS a un colega contándole lo sucedido y preguntándole por qué él no se había apuntado al fiestón de mis colegas. Los bares siguen ardiendo y algunos están ahorcando peleles que recuerdan a varios miembros de la primera plantilla del Madrid. En ese preciso momento pienso en ti y sufro otra erección. Me encantaría dormir contigo esta noche, curiosear entre tus piernas y olisquear tu pelo enmarañado a la luz de la lámpara de una mesilla. Pero sé que eso es imposible y tu imagen hace aflorar en mis ojos un mar de lágrimas; el recuerdo del spray anti-violadores de la última vez que nos vimos aún está muy fresco. Aún así no me doy por vencido y te mando un mensaje. Tu respuesta es inmediata: "q t foye 1 pez, pdazo d kbron.djame n paz d 1 puta vz,kaxo mirda.puto maniatico d los webs.la prxima vz t mto l spray x l culo". Vuelvo a llorar...

Rendido aparezco en casa. Decido empezar aquél libro que me compré hace tres años por recomendación de un programa de radio que nada tenía que ver con el noble arte de la prosa. La cosa promete: un apestoso mono defeca ante decenas de curiosos. Sabe que es su minuto de gloria y decide prolongar el show: ante el deleite de los presentes deglute con fulgor parte de sus propios excrementos y el resto lo arroja a la congregación formada a su alrededor. Todos aplauden entusiasmados. Espectacular.



P.D.: Al día siguiente la plantilla del Madrid fue fusilada en la Plaza Mayor. Quien ordenó los disparos fue un tal Ramón Calderón. Los periódicos además abrían con la noticia de la desarticulación de una secta que planeaba un suicidio masivo en un chalé de las afueras. Los jóvenes allí presentes fueron rescatados y salvaron la vida gracias a un SMS que recibió un colega picoleto y un oportuno lavado de estómago con Ajax Pino.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ya viene la guerra...



Se llaman 30 Seconds To Mars. Son un grupo norteamericano de rock [añádasele la etiqueta que a cada cuál le plazca o llene] formado por tres miembros. El vocalista, llamado Jared Leto, es un ovo-lacto vegetariano (cágate lorito) actor de Hollywood pero, según la leyenda, rechaza tocar en locales que aprovechen tal circunstancia para promocionar el evento. Su hermano, Shannon, es el batería.

Llevan dos discos de estudio publicados desde 2002, en muy pocas semanas lanzan el tercero: This Is War. Entre tanto, han publicado ya el primer single: Kings & Queens. Y con ello el preceptivo videoclip, un corto de unos 6 minutos (excluyendo títulos de crédito y demás) realmente brillante.

Las líneas maestras del grupo son una instrumentación impecable, una voz desgarradora, melodías contundentes y letras elaboradas. No llegan a la dureza de My Chemical Romance pero sin duda son mucho más agradables que el último e inexplicable disco de Linkin Park, por ejemplo. La estética es marcadamente "emo" y tal influencia creo que se refleja fielmente en el estilo musical. Ejecutan videoclips muy elaborados y llamativos, como no podía ser de otra manera teniendo a un actor de cine al frente.

Para quien no sepa quién demonios es ese tal Jared Leto: su papel más meritorio fue en Alejandro Magno, donde interpretaba a Hefestión (compañero de batallas del susodicho, encarnado por Colin Farrell). También intervino en El Club De La Lucha, American Psycho, La Habitación Del Pánico, El Señor De La Guerra (con Nicholas Cage), Réquiem Por Un Sueño, etc. Le tachan de sex symbol (más o menos como yo), aunque prefiero que sean mis Musas las que opinen acerca de tal condición.

Para ellos, la guerra empezó en 1998, año en el que comenzaron su andadura en el mundo de la música. Para mí empieza mañana. Mi temporada como "rookie" se ha acabado, la bici ya no tiene ruedines y el suelo está ahora más duro y lleno de cristales. Sólo espero que tras cada caída haya una levantada. Y seguir adelante y luchando, que para eso me entrené y por eso es una guerra. Os dejo con otro brillante vídeo y single extraídos del anterior disco. Que tengáis una feliz semana.



PD: Especialmente tú, Musa anónima y efímera que el viernes osaste compartir borrachera, saliva y piel con un ser como yo. Puede que no te vuelva a ver, tampoco me importa, pero ya estás en mi lista de noches para el recuerdo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cinco Punto Cero.

28 de octubre. Apto por compensación. Música celestial. Tras varios años de fiascos por fin gano mi particular final de la Champions. Sufriendo mucho. Por penaltys. Pero qué más da. Ya he levantado el trofeo, ya hemos entonado el manido "We are the champions" y ahora vamos con celebraciones y ofrendas varias.

29 de octubre. Saladitos por cuenta de la casa. Intentamos contactar con John Galliano para que nos diseñe una pancarta conmemorativa. Las negociaciones fracasan. Llamamos al autor del nuevo plano del Metro. Sus bocetos no nos convencen (no me reconozco entre ángulos tan estrictamente rectos y, además, mi oreja izquierda no tiene correspondencia con la línea 3). Llamamos a Fernando, el becario. En 5 minutos y con Paint ejecuta el trabajo. El resultado es impecable dadas las circunstancias y el coste es mínimo para las maltrechas arcas de la empresa. Musa se ríe de mí argumentando que muy pronto echaré de menos la época estudiantil-becaria (a buenas horas).

30 de octubre. Fiesta de la cerveza. Con ese nombre es imposible que algo salga mal. Reencuentro con viejas amistades, a saber: un antiguo compañero del colegio, la novia de un antiguo compañero del colegio, las amigas de la novia de un antiguo compañero del colegio... Salchichas alemanas, mostaza y ketchup, patatas fritas, música en directo... Y Paulaner a 7 euros el litro. Debo estar en el paraíso. Un señor de Bruselas arroja un avioncito kamikaze de papel. Me da a mí. Se escusa diciendo que quería darle a otra persona. Pide perdón en una mezcla de español, italiano e inglés. Todos reímos, alguien enciende un porro y de repente todos nos acordamos de que alguna vez fuimos a Ámsterdam y lo pasamos de la hostia. A la salida Madrid está centrifugándose y Musa decide regatearme y coger el Metro.

31 de octubre. Halloween. El espíritu de Freddy Kruger empieza a apoderarse de mi cuerpo. Comienza por las extremidades inferiores, va subiendo por el tronco, copa las extremidades superiores y, cuando la transformación está a punto de culminarse mi madre cambia de canal y pone Viernes 13. Jason culmina el trabajo, en contra de mi voluntad. Y es que con la máscara se hacen complicadas determinadas cosas básicas como, por ejemplo: comer, beber, respirar o ligar. Musa me trastorna y confunde. Catwoman me seduce con felina discreción. Una pitonisa me lee el futuro que sucedió hace tres semanas. Una monja me da su bendición y mucha comida. Frankenstein en realidad era Joker, un par de hombres del clero clavan un hacha en la cabeza de un enfermo y sorprendentemente ninguna oveja resulta violada (todo lo contrario que el puf de Ikea). Decido no beber más, con estas visiones ya tengo suficiente.

1 de noviembre. GP de Abu Dhabi. Pedro Picapiedra acaba 14º. El TroncomóvilGP no da para más. La carrera la gana Pierre Nodoyuna, aunque Penélope Glamour ha apelado a los jueces. Sostiene que el Súper Ferrari del sr. Nodoyuna tiene trucado el difusor trasero y provoca efecto suelo. Se abre una investigación. Mientras tanto, el calvo de La Sexta (anteriormente el calvo de Telecinco) se lamenta de la mala suerte que tienen los pilotos españoles y llora a moco tendido cuando Pedro anuncia que cambia de equipo para el año que viene. La emoción es superior a sus fuerzas. Jamás se vio una historia de amor tan bonita en la máxima competición. Musa sigue dándome esquinazo y decido escribir estas líneas sin su ayuda. Espero sus comentarios y reproches.