domingo, 14 de febrero de 2010

Caperucitas feroces, cuerpazos de policía y cumpleaños.

Empezamos bien. Ronaldo le casca 2 chicharros al colista. Son casi las 10:00 PM y nuestra habitual puntualidad se hace patente un sábado más. Habíamos quedado media hora antes pero a las diez en punto aún quedaba la mitad de gente por llegar. Serán los típicos atascos del sábado por la noche...

Se suceden las tapas y los platos vacíos se acumulan en el centro de la mesa. Propongo que cenar sin manos sea considerado deporte olímpico. España tendría asegurado ahí un oro en la modalidad de "ahora diga usted Pamplona". A veces pienso que mi capacidad de autohumillación es demasiado elevada, pero eso se soluciona rápidamente con dos tercios de Mahou.

Un grupo de tunos descontrolados entona con más voluntad que acierto un cumpleaños feliz. Un Robin Hood desubicado hace los coros y yo, que pasaba por allí, me limito a disfrutar de la escena. El magnate recibe por ¿error? los regalos de la pelirroja y viceversa. El entuerto se soluciona rápidamente ejecutando una sencilla permutación que aún no sabemos si dejó satisfechos a ambos homenajeados.

Tras arrasar el local y ser amablemente desalojados del mismo nos dirigimos a los baretos de marcha, si es que algo de ella sobrevive de nuestros tiempos de estudiantes de BUP y COU. Don Carnal nos obsequia con recintos abarrotados de gente, poca vergüenza y mucho calor (Joaquín Reyes diría que estaba lleno de gañanes hasta la cencerreta). Una oportunidad única de conocer a "celebrities" como Bender o Jack Sparrow. La abeja "Amaya" revolotea feliz y contagia su felicidad a todo el mundo. Un grupo reducido de Caperucitas Feroces causan estragos entre los lobos domesticados del lugar. Ratitas presumidas que pierden el móvil, gatitas que ojalá me maullaran y "ronronearan" al oído...

Y de repente la autoridad competente se infiltra en la fiesta. ¡Cómo está el cuerpo! Lejos de amedrentar a la congruencia, ésta se crece y arremolina a su alrededor. Me encantaría poder presentar una denuncia por robo... por haberme robado el corazón y hasta la poca vergüenza que me queda. Pero está claro quién llevaría las de perder en un hipotético litigio. No obstante logro arrancarle una sonrisa, toda vez que quedó claro que de chantajes "el cuerpo" no quería saber nada.

Son las 4 y volvemos a ser desalojados de otro local. Mi cuerpo quiere seguir de fiesta pero mis pies se niegan rotundamente. La solución evidente sería arrancarme los pies pero, tras profundas deliberaciones, llego a la conclusión de que los necesito de algún modo para seguir haciendo vida normal. Nos vamos a otro sitio.

¡Con la Iglesia hemos topado! Somos recibidos en el nuevo recinto por el mismo Papa de Roma... Bueno, o el Papá de Amor, que tal y como están los tiempos ya no me atrevo a realizar afirmaciones tajantes. Otro cuerpo, en este caso el de bomberos, intenta sofocar el fuego que nos arde dentro, aunque lo que consiguen es combustionarnos más aún. Somos inmortalizados con cámaras de vídeo y fotos procedentes de la fiesta privada, que sospechamos que algo tiene que ver con Cuatro TV. Enfermera, qué mal me siento...

Son las 7 de la mañana. Si fuese verano ya habría amanecido. Si fuese un día entre semana estaría levantándome para irme a currar. Curiosa concepción del espacio-tiempo, curiosa reflexión tras casi 9 horas de juerga que ya tocan a retirada. Apesto a tabaco y la boca me sabe a cartón, pero mereció la pena. Es el contrapunto de pasarlo tan bien, el precio a pagar. Muchachos: lo hemos "petao". La próxima, que sea cuanto antes.

PD: Gracias por la comilona, muchach@s. Que cumpláis muchos más y que las celebraciones se sucedan de igual manera, aunque nos cuesten la salud... mental y/o física.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Madre mia que bien os lo pasasteis despues de irnos nosotras, me alegro que lo pasaras tan bien y porque no repetirlo en un espacion de tiempo no muy grande, jajajajajaja y ya me contaras mas en concreto lo del cuerpo de bomber@s.
Bs desde mi batcueva.