martes, 3 de marzo de 2009

De disyuntivas y retrospectivas.

En ésas estaba yo, tranquilamente trabajando en la oficina cuando David (el jefe de la obra que llevamos en Albacete y un gran tipo) va y me pregunta:

- ¿Cuánto te queda para acabar la carrera, Miguel?
- Pues 4 asignaturas pero a falta de una nota y con un parcial con casi un 7... vamos, que virtualmente me quedan 2.
- ¿Y qué piensas hacer cuando acabes?

Joder, ¡qué preguntaca! ¿Que qué pienso hacer? Tan concentrado he estado en mi rutina estos meses que apenas había pensado en serio en el asunto. Y ahora estoy a 4 meses (o como mucho 6) de acabar la carrera y todavía no lo he decidido al 100%. Y a mis neuronas les ha dado por iniciar una orgía de pensamientos (nada sucio) con el objetivo de hacerme ver que ni ellas tienen claro por qué calle tirar.

Y todos pensareis: "buah, 4 meses, anda que no te queda, muchacho, bien pronto empiezas a agobiarte con el tema..." y cosas así. Posiblemente sea verdad, pero me parece que fue ayer cuando empecé esta reflexión. Y el espíritu era el mismo: "buah, anda que no queda, ya habrá tiempo de pensarlo, ya habrá tiempo, ya habrá tiempo...". ¡Pues ya no queda tanto! Porque el tiempo vuela y cuando menos me lo espere habré aprobado la última y entonces comenzará lo divertido: la disyuntiva. Y yo en bañador en medio de un mar de dudas.

¿Sigo de frente o tomo la desviación? Muchos me dicen: "de frente, no te compliques". Pero joder, un tío que se ha tirado media vida en la ETSICCP está claro que no va a escoger el Camino fácil. Lo que se consigue con "sufrimiento" se disfruta más y mejor. Y si no, que se lo pregunten al Madrid de la Séptima, al Atleti el domingo o al Manchester en la final del Camp Nou.

Y si tomo la desviación, ¿hacia dónde? ¿Arena y sal? ¿La Bahía, el paraíso? ¿O donde me lleve el viento desde aquí? Tanto tiempo prometiéndome a mí mismo que algún día acabaría allí... y ahora que estoy a punto de conseguirlo las dudas cargan contra mí: inviernos húmedos, soledad, morriña... ¿acompañantes incómodas o más fáciles de sortear de lo que me imagino? Sólo hay una manera de comprobarlo...

Recuerdo aquella vez que le regalé a mi tía por su cumpleaños un libro titulado "30, que la vida iba en serio!". Y tanto que iba en serio... Parece que fue ayer cuando era un adolescente lleno de granos que no hacía más que chanchullos jugando al "mentiroso" en los recreos del Insti. Tiempos felices, sin preocupaciones, sin responsabilidades... Y os recuerdo a todos: cómo empezamos a crear el grupo que ahora quedamos, las juergas, las mayorías de edad recién adquiridas, las últimas cruzadas... Los campamentos os los dejo a vosotros por motivos evidentes.

Me acuerdo de aquel verano en que nos juntamos Peri, Diego y yo e íbamos presumiendo de que entre los tres solamente habíamos sido capaces de aprobar una asignatura en la Uni. Y nos reíamos... Ángel y su ya extinto Renault 21, Eva y Miguel sólo eran novios, Germán sólo era Civil (lo de Guardia vino después)... Y también un montón de gente que no sé si merece la pena recordar ahora, eso os lo dejo a vosotros.

Y por supuesto, recuerdo el solecito veraniego que asola las playas mediterráneas, testigo de todo tipo de historias y amistades de temporada, algunas de los cuáles (afortunadamente) perduran. Torneos de Pocha, partidas de Mus donde David pone el alma, piscinas propias y ajenas, canastas de 3 puntos que sólo valían 2, amores de paso, amores no tan de paso, fiestas de la espuma...

El "Déjame" de Los Secretos es arrojado por los altavoces de mi minicadena. Ésto ya es excesivo. No quería ponerme tan sentimental, lo siento; pero hoy me ha dado por pensar en la fugacidad del tiempo y en las vorágines en las que te mete, quieras o no. En fin, cambio de tercio:



Esto está mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Jo, qué bonito, sniff, que tiempos aquellos! ¡El mentiroso! ¡La anécdota de que solamente aprobamos una entre los tres (y fue diego, creo recordar)!

Tú tranquilo, aunque la gente de a pie diga que es una chorrada deprimirse un poquito justo después de haber cumplido un objetivo largamente soñado, no hay nada más natural. Al fin y al cabo, todos los trastornos mentales pueden verse como intentos exagerado y descontrolados de adaptarse al entorno. La depresión no es más que una manera de comunicar al individuo que la sufre que las rutinas que había desarrollado hasta ahora ya no sirven, ya no son útiles y se impone crear nuevos hábitos.

¿La solución? Quizá parezca un poco ingenuo, pero dar consejos siempre es muy cómodo. En la vida no existen decisiones buenas o malas sino caminos que no han sido suficientemente pateados (hasta convertirlos en autopistas, por ejemplo); elijas lo que elijas persevera. Lo que el primer mes es el infierno, en un año puede convertirse en paraíso. En fin, ¿qué le voy a decir yo a un tío que se ha tirado media vida en la ETSICCP?.

Semper Fidelis dijo...

Gracias por el tratado de Psicología, estimado amigo "anónimo". Lo leeré con mucha atención cuando me encuentre más despierto, que estas horas no son propicias a la lectura.

Y además está jugando Nadal, y eso es digno de ver siempre.