domingo, 6 de diciembre de 2009

Fuego.

Fuego. Fuego en los tejados. Reina la confusión y el pánico ansía sus cinco minutos de protagonismo. Lucifer no entiende de escapadas de fin de semana, ni de sábados por la noche. O quizá sí. Incertidumbre en las escaleras. Silenciosas dotaciones de bomberos, sin nadie a quien apremiar, se presentan en el lugar de los hechos. Sólo ha sido un susto y la magnitud del evento queda diezmada por el sueño y la fina lluvia que cae sobre la sierra. En estos tiempos inciertos hasta el infierno anda en crisis de creatividad. Un valiente desafía al frío mostrando su torso y de repente todos ansiamos que se lleve un manguerazo por idiota.

Fuego. No parece tu mejor momento del día. Pero aguantas con la esperanza de que la noche se vaya enderezando. Sin embargo las chispas no dejan de surgir. Y acaban por prender en tu mente y en tu ánimo. Y yo, torpe de mí, sin nada a mano para apagar la llamarada que consume tu buen humor, encima derramo un bidón de gasolina de esos que un día de verano me prestó una niña llamada Lisbeth Salander. Te consumes y me quedo sin palabras. La nieve aparece, milagrosa y radiante, y me ayuda a encontrar las palabras entre bolazos y fotografías de Cotos. El fuego se extingue pero aún sigo pensando cómo puedo ser tan idiota a veces.

Fuego. Miradas que derriten. Ardores de estómago. Manos que se entrelazan, abrazos que se prolongan. Hasta que ambas respiraciones se sincronizan. Dos corazones latiendo como uno. Tabernas irlandesas que suministran amparo a uniones fugaces y no tan fugaces. Celebramos que formáis una pareja estupenda y nos dedicamos a lo nuestro. Pero no todos los días son fiesta y Musa decide que hoy está demasiado sobria como para hacerme caso. Toca retirada. Se avecina tormenta, lo sabemos, y aún nos explicamos por qué mañana tiene que llover. El hombre del tiempo, carente de puente y errático en sus predicciones, clama venganza y nos hace la guerra por su cuenta. Pero mucho tiene que llover para apagar el fuego, vuestro fuego, aquél que bendijimos en el Museo del Jamón.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Fuego, nieve, fin de semana y todo patas arriba, bueno esperemos que para final de año todo se vaya arreglando y sea el fuego de tu corazon del que hables, me ha gustado la exposicion de ideas, bs bicho, desde mi batcueva.

Anónimo dijo...

muy bueno cabronazo.que el fuego te bendiga y prendas la llama de tu musa,jajaja.

Nuriany dijo...

Estas hecho un poeta. jijiji

Semper Fidelis dijo...

Gracias, muchachos. A algunos ya os he agradecido el comentario personalmente pero reitero la acción.

Poeta? :P Yo soy más de prosa. A veces me da por ponerme tierno, pero siempre en prosa, no me da para más.

Telecoman dijo...

Si señor no ha estado nada mal...

A ver si la próxima te quemas con tu musa... si es necesario yo te prendo jejeje...

Anónimo dijo...

Mucho mejor esta entrada que la anterior, si señor. Lástima que se base en una percepción errónea de la realidad.

EagleMan Decepcionado

Semper Fidelis dijo...

Algún día os haré arder a todos y será al gusto de todo el mundo: vuelta y vuelta. :P

Uhhmmmm... Barbacooaaaa...

Anónimo dijo...

Ohh, qué romántico! Me ha gustado! :P